envuelto en el pistilo tétrico de mis pupilas.
grillos revoloteándote las vertebras
como epopeya en el pilar del vientre abandonado.
He sido los clavos de tu cruz
benditos con moho extraído del infierno.
Yo debería ser el abanico de tu jardín ausente,
marfil que adorne tu sonrisa
enterrada en el caminar de mis veintiún puertas
Soy la humillación de rutinas sin relojes
la religión fiel
y anónima de tus entrañas.
Katheryn Rivera.