“En ti está la delicia
como está la crueldad en las espadas”.
Jorge Luis Borges.
Usted fue el brillo del polvo,
visitándome en la hora inesperada.
Desnudó su garganta con el anillo de la risa.
Olvidó sus huellas en la porcelana de los pájaros.
El llanto muerto en el saborear del ojo;
único testigo de su corazón en sombra.
Hombre sediento de fogatas nuevas,
a espera de la noche que voló sin luna
el adiós le sorprendió en un beso.
Abandoné el abrigo de sus brazos,
dormir en ellos, es muerte.
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